Cada 30 de mayo, Argentina celebra el Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos, una fecha que invita a reflexionar sobre la importancia de donar para salvar vidas. La jornada no fue elegida al azar: conmemora el nacimiento de un niño cuya madre pudo dar a luz gracias a haber recibido un trasplante, símbolo poderoso de la vida que renace por la generosidad de otra persona. En el país, más de 7.000 personas aguardan un trasplante que les devuelva la posibilidad de vivir plenamente, y detrás de cada número hay una historia, una familia, una urgencia.

Expertos y profesionales de la salud destacan que nadie está exento de necesitar un trasplante. «Una enfermedad, un accidente o una situación inesperada pueden cambiarlo todo», alertó la Dra. Valeria El Haj, directora médica nacional de Ospedyc. La doctora remarcó que ser donante es un acto de generosidad que puede marcar una diferencia abismal: «Un solo donante puede salvar hasta siete vidas». Por su parte, profesionales del Hospital Italiano y el Hospital Británico recordaron que la donación se presenta en situaciones límite, y que todos podemos ser esa segunda oportunidad que otros necesitan para seguir viviendo.

Desde su primera intervención en 1986, el Hospital Británico ha sido pionero en trasplantes de médula ósea, con más de 1.000 procedimientos realizados. También fue sede del primer trasplante renal laparoscópico por vía vaginal en Latinoamérica, en 2010. Estos hitos no solo reflejan avances médicos, sino también una sociedad que acompaña con leyes como la Ley Justina, sancionada en 2018. Esta norma cambió el paradigma de la donación: ahora todas las personas mayores de edad son consideradas donantes, salvo que hayan expresado lo contrario. Desde entonces, los trasplantes aumentaron de forma considerable, fortaleciendo un sistema más justo y accesible.

En 2024, se realizaron en Argentina 4.263 trasplantes, incluyendo más de 2.000 de órganos y otros tantos de córneas. La provincia de Neuquén se destacó por su tasa de 41,6 donantes por millón de habitantes, reflejo del compromiso social con esta causa. La Ley Justina también agilizó los procesos en menores de edad: si uno de los padres da su consentimiento, puede avanzarse con la donación, evitando trabas burocráticas que antes frenaban decisiones en situaciones críticas. Y en casos especiales, como la ausencia de los padres, interviene el Ministerio Pupilar.

A la hora de manifestar la voluntad de donar, existen varias formas sencillas: desde firmar un acta en INCUCAI o hacerlo al renovar el DNI, hasta expresarlo mediante la app Mi Argentina o incluso por telegrama gratuito. Sin embargo, más allá de los canales formales, es clave conversar el tema con familiares y amigos. Dejar en claro el deseo de donar ayuda a que, llegado el momento, se respete la decisión con celeridad y sin dudas. La donación no solo salva vidas: también transforma a quien la hace en una fuente de esperanza para otros.

Porque donar es, ni más ni menos, un acto de amor. Un gesto solidario que se multiplica en abrazos, sueños y futuros posibles. El 30 de mayo nos recuerda que cada uno de nosotros tiene el poder de cambiar la vida de muchos, y que, al elegir donar, estamos escribiendo una historia que no se apaga, sino que renace en otros cuerpos, en otros latidos, en nuevas oportunidades.

Con información de Noticias Argentinas

La Brújula 24

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